Nacimos y descubrimos afuera un lugar
al que arbitrariamente llamaban mundo,
un sitio lleno de depredadoras bestias
caníbales portadoras de espíritus inmundos;
nacimos y respiramos el aire fétido
y lo primero que aprendimos fue a llorar
y durante largos días meses y hasta años
nunca faltaron razones para practicar.
Infierno y cielo van en nuestra contra
no tenemos la mínima chance a favor
creimos que juntos ganaríamos el mundo
pero ahora todo está mucho peor.
Vivimos en un valle entre orden y kaos
donde no llega luz de bien ni de mal,
somos solamente una tribu de odiados
esperando la llegada de un justo final.
A. de la Desolación
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