Irresponsables:

H - Ewan Dusk: dirección y redacción

Hellin Dusk: diseño y redacción

Byron: redacción y edición



Dama de negro

Saludos gente q aún se digna en leernos.
Al momento de sentarnos frente al teclado cabamos de salir del cine. Y no vimos una de esas películas donde cuelgan tripas, se derraman cientos de litros de salsa tabasco, o un chabón con una motosierra corta al medio a una pareja en bolas apenas acaba de ... acabar...
No. Si bien nos gustan esos filmes este fue mejor, se nota el peso del nombre de la productora: Hammer.
En el terror noventero había demasiadas vísceras y sangre, y 3 de cada cuatro producciones eran malas imitaciones de Wes Craven y Clive Barker (incluso Wes Craven llegó a hacer malas imitaciones de si mismo).
Pero es un alivio ver q todavía se puede. Se puede sentir ese escalofrío cuando una musiquita anuncia q algo está por pasar y te sorprende igualmente tanto q pase como q no, saltar de la butaca con algo q aparece de repente entre la niebla sin importar lo inofensivo q fuera, con el chirrido de una puerta o con un reflejo en la ventana de algo q no existe.
No hay un asesino cereal con males mentales posmodernos ni nuevas y rebuscadas maneras de sacar a un muerto a pasear fuera de la tumba. Esta clase de cine, el cine de Vincent Price, Peter Cushing, Boris Karloff y Christopher Lee, no se debe perder, y la Hammer Productions volvió demostrando q se puede hacer una buena peli sin barriles de sangre y tetas al aire.

Actuación: 8/10 (Q´? "Harry" cuánto?)
Argumento: 8/10
Ambientación: 8/10
Musica (chanes incluidos): 8/10
Indice de "me hago encima pero de acá no me muevo": 9/10
Total: 41/50

Ruta irracional 205

Venía cayendo, venía hacia abajo
venía como siempre hacia ningún lado.
Mi camino estaba abierto, pero no había destino
mi andar era constante aunque sintiera el frío.
Solo una avenida oscura con una leve pendiente,
solo una vereda ancha con amplios frentes.

Y aunque me muevo donde quiero,
y aunque nada me dice lo que debo,
sé que estor atrapado sé que estoy encerrado
sé que no puedo escapar de mi propio cráneo.


Sé plenamente que vagaré por siempre
Sé plenamente que soy la desolación,
que nadie camina junto a mí,
que nadie oirá mi sinrazón.

Vagas figuras sobre las paredes
que proyectan las lumbres de la calle
no son más que sombras de mí mismo
ni más, ni menos: ni propio talle.

Y el silbido del viento me susurra
pero no puedo seguir su consejo
y me nombra el suelo al avanzar
con mi paso inseguro y desparejo.

Dame fuego


Vagaba por la triste ciudad
buscando algo entretenido que hacer
con mi tiempo, que sobraba,
algo para mi soledad desvanecer.
Ni la luna ni las estrellas
hablaban conmigo hacía mucho,
así como a los meros humanos
llevo tiempo que no los escucho.

Ahí estaba ella, inmóvil,
sentada en la esquina solitaria,
y el foco de la calle parecía
que solo su figura alumbraría.
Era tan joven y bella
esbelta y de cabellera morena
que escondía casi todo lo pálido
de la carita tan serena.

Le pregunté si es que acaso
fuego para prestarme tenía,
me respondió que no fumaba
y "yo tampoco" luego yo le diría.
Pero el fuego de sus ojos
era lo que andaba buscando
algo que haga de esta bruja tan dura
por una noche un ser blando.

Pero el ser tan solitario
de tan bella carita y cabellera
era una simple carnada puesta
para convertirme en la cena...
Seres de dientes afilados
de las sombras emergieron
buscando mi vida extraer
pero cuidarse debieron.

De mis manos emergió fuego
y sus ropas ardieron en llamas
se revolcaron por el suelo
y la piel se les llenó de llagas.
Aullando se apartaron corriendo
como desesperadas ratas
mientras yo aún contemplaba
a la chica que a la nada admiraba.

Su mente estaba vacía
dominada por los seres asustados
aunque ya se hubieran ido
y a mi merced la abandonaron.
Le ofrecí venir conmigo,
ya sin palabras elegantes,
aún sabiendo que muy pronto
la volvería una pira llameante...