No habían existido nunca
ni la sordera ni la ceguera para mí.
Jamás las hallá en el diccionario
hasta el día en q te conocí
tu ceguera, tu sordera,
fue q no vieras mi sufrir,
fue q no oyeras mi voz gritandfo
q estaba enamorado de tí.
Estoy decidido a odiarte,
por ser sorda, por ser ciega
por ser la dama más fría
la q mi sincero amor niega.
Pero por más q me esfuerce
en convencerme con la razón
jamás habrá palabra humana
q sea oida por el corazón.
Ahora sé q es la ceguera:
el mal q en mis ojos vive,
q ve la belleza en tu rostro
y no lo q tu alma concibe.
Ahora sé q es la sordera:
la enfermedad de mi sentir
al no oir a mi sensatez gritando
q tú no eres para mí
ni la sordera ni la ceguera para mí.
Jamás las hallá en el diccionario
hasta el día en q te conocí
tu ceguera, tu sordera,
fue q no vieras mi sufrir,
fue q no oyeras mi voz gritandfo
q estaba enamorado de tí.
Estoy decidido a odiarte,
por ser sorda, por ser ciega
por ser la dama más fría
la q mi sincero amor niega.
Pero por más q me esfuerce
en convencerme con la razón
jamás habrá palabra humana
q sea oida por el corazón.
Ahora sé q es la ceguera:
el mal q en mis ojos vive,
q ve la belleza en tu rostro
y no lo q tu alma concibe.
Ahora sé q es la sordera:
la enfermedad de mi sentir
al no oir a mi sensatez gritando
q tú no eres para mí
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