Poesía n# no sé cuanto

Angelitos de caricatura eramos
y nuestras alas de algodón inmaculadas
con las q volamos por un cielo puro
sobre tierras por duendecillos habitadas.
Me sumergía entre nubes blancas
cuando noté sobre mí tu mirada
atacando ferteramente sobre mi alma
más filoso q cualquier cuchillo o daga.

Cuán facil soy para seducirme
pienso con mi mente idiotizada
mientras admiro tus manos, alas, piernas,
q ondeas con la gracia de un hada.

Angelitos desnudos, inocentes,
nos veíamos como bebes rubios y blancos
cuando un dulce beso era todo el amor
cuando no conocíamos sobre llantos
cuando unicornios siempre galopaban
sobre llanuras eternas y brillantes
plagadas de flores de mil colores,
pero, amor, eso era antes...

Antes de caernos del cielo,
en ese fatídico día tan lluvioso
cuando el agua sagrada del cielo
lavó de nuestras mentes lo borroso:
debíamos ver aquella realidad
donde no existía siempre un día soleado
y cada noche trae consigo
espaldas y brazos q caen fatigados.

Cuan fácil soy de derrotar
se me ocurre mientras caigo de ese cielo,
a traves de un millón de metros
directo a chocar contra el suelo.

Angelitos de un cielo plástico
fuimos ambos durante un tiempo
mientras fingimos q la eternidad
se reducía a nuestro momento
pero nuestro cielo fue reciclado
y desterrados a la tierra caimos
sin ningún freno q salvase
nuestros corazones partidos.

Ahora un beso es solo baba
y un vil acto de unir unas carnes,
ahora el amor es solo una palabra
y significa mucho menos q antes.
El suelo no es para los ángeles
y el amor no sirve sin alas;
necesitamos volar, ser libres
lejos de la tierra empantanada...