Donde veía existía la nada
rodeado del vacío eterno
sin predadores que con piel de cordero
ocultaban colmillos y cuernos.
Muerto todo alrededor
viendo vida solo en mi ser
me imaginé creador de lo nuevo
falso dios del renacer...
pero nacer trae alegrías
que así como llegan se van
y que parir trae un dolor
que nunca te recompensarán.
Hay alegría en mi tristeza
en ver mi entorno hay amor:
muertos hasta el horizonte,
inmóviles rostros de temor.
Disfrutas de lo que existe
sabiendo que lo perderás
disfrutas de lo que vistes
y bajo el lienzo desnudo estás.
Este es un momento ínfimo
un segundo extendido al infinito
el momento del clímax sagrado
cuando la soprano dió el grito.
Imagina una nota sin fin
al final de la canción perfecta
que pone tu corazón y tus oídos
en una sola linea recta.
Sueño (II)
A. de la Desolación
Etiquetas: poesía
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