En un mundo perfecto estaríamos juntos, cabalgaríamos por los cielos montados sobre dragones hacia un castillo construido con los huesos de nuestros enemigos en la cima de una montaña que brilla ardiente en cada atardecer. Pero en este mundo no hay una montaña que tenga ese brillo, no construimos ningún castillo con huesos ni con ningún otro elemento, y no montamos sobre dragones. En este mundo ni siquiera estamos juntos...
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