En la mitad de la noche solitaria
el dios desterrado de su cielo con barro la creó
y con tantas virtudes la dotó
q fue la furia de los mortales
quienes sintieron por ella deseos tales
q el artesano de conservarla titubeó
Mas su belleza era tan grande
q nadie de poseerla cometería la osadía
pues hombres quienes desesperados la querían
la vieron virgen, inmaculada,
y sobre su pedestal aún montada
descubriendo q de mancharla temían
El dios q le diera la vida
le dijo pues q pronto partiera
a buscar otra tierra y otra era
más allá del delgado horizonte
hasta un día en bosque o monte
encontrar a quien digno de ella fuera
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